jueves, 9 de junio de 2011

LA HISTORICA RUTA 66 Y LLEGADA A PALM SPRINGS

Al dia siguiente nos despertamos temprano, antes habiamos podido contactarnos por Skype con los chicos. Pudimos conversar un poco, verles las caras y mostrarles a la distancia la escenografía del hotel de Williams. La habitación era la Romantic Room, un cuarto que Cami nos habia elegido unos meses atrás mientras planificábamos el viaje en Buenos Aires.

El hotel tenia un desayunador chico, entonces baje temprano a preparar unos cafecitos y los lleve a la habitación. Nos cambiamos y salimos a recorrer Williams diurno. Llegamos hasta la estacion de tren. Se trata de un ferrocarril historico, que solo tiene hoy fines turisticos y llega hasta Grand Canyon. Coincidió que ese dia el tren volvia a transitar las vias luego de haber estado un largo tiempo desactivado. Se habia montado una escenografia tematica. Entre los pasajeros reales, se paseaban el Sheriff, su ayudante y dos bandidos con pañuelos tapando sus caras; mientras unos cuantos musicos con banyos (se escribira asi ¿?) le ponian color y ambiente country a la escena.

Dejamos atrás al sheriff y su troupe y volvimos hacia la vieja Ruta 66, donde se ubicaba nuestro hotel. Caminamos por las calles, recorrimos negocios, compramos algunos recuerdos y volvimos para el check out. Nos daba realmente lastima tener que dejar este pueblo que parece detenido en el tiempo. Pero nos esperaban nuevos desafios. Teniamos por delante la Historica Ruta 66 y un largo recorrido hasta llegar a Palms Springs.

El siguiente punto de la R66 fue Seligman o Spilman, como Uds. prefieran. A esta altura creo que sus propios habitantes empiezan a creer que viven en Spilman.

Realmente nos encanto, muy pintoresco. Ademas esta intacta la esencia de los 50 y 60, donde esta ruta habrá brillado en todo su esplendor. No se trata de una construcción moderna tan solo ambientada según los cánones de aquella época. Para nada. Son realmente aquellos edificios, casi en su estado original, con un mínimo mantenimiento y ajuste. Hay motoqueros arriba de sus Harley’s. Son los mismos de aquellos años, pero ahora tienen menos pelo, les faltan un par de dientes y varios andan con problemas de prostata. Es que el tiempo pasa para todos....

Decidimos hacer una pausa y prepararnos para nuestro ya clasico desayuno/almuerzo. Buscamos un lugar tipico y lo encontramos en un bar de ruta americano. Pedimos dos desayunos. Vivi comio un omelet con jamon, champiñones y papas ralladas horneadas. Yo un revuelto con huevos batidos, panceta, jamon y la mismas papas. Con la mitad de un solo plato hubiese estado mas que bien. Pero no se preocupen, igual no quedaron ni las migas.

Le preguntamos a la moza por la estampa en el pavimento con el logo de la ruta 66. Nos dijo que no lo conocia, que no sabia de su existencia. Habiamos estudiado tanto cada lugar que habiamos llegado a conocer mas cosas que hasta los propios Spilmanenses. La mujer se quedo con la espina y pregunto a todos los mozos, cocineros y otros comensales. Volvio diciendonos que si existia tal imagen. Pero habia quedado atrás, en Wiliams. Nos lamentamos por no haberla visto y seguimos camino.

Comenzo el recorrido mas bravo de todo el viaje. El impiadoso desierto del Mojave nos hizo sentir su rigor. Caluroso, seco, inhóspito y, sobre todo, sin estaciones de servicio.

La aguja del combustible empezo a tener sed. Pero no habia ni noticias de nafta. Apagamos el aire acondicionado y bajamos los vidrios como estrategia para consumir menos. El auto era un horno. Y Vivi ya me miraba mal. De la nada, aparecio un cartel que decia “Desert Center 30 milles”. Zafamos. Hicimos nuestros 30 milles, pero al llegar solo encontramos un bar abandonado y unas casas destartaladas. En un cartel podia leerse “Desert Center”. Aprendimos otra leccion, ellos te informan exactamente todo lo que va a pasar. Y si dicen que el proximo punto es un “Centro del Desierto”, no dudes que asi será, es justamente eso lo que vas a encontrar.

Pese a todo, Dios es Argentino. Cuando ya hacia rato se habia prendido la luz del tanque de reserva, llegamos a un estacion de servicio. Resulto ser un lugar importante, ya cercano a Palm Springs. Cuna del General Patton. Famoso por su participación durante la Segunda Guerra Mundial.

Cargamos nafta, tomamos una coca y antes de partir pasamos por el centro de informes. Nos atendio un personaje con todas las letras. Charlamos un buen rato y nos dijo que nuestro proximo destino en EEUU debia ser el Norte de la Costa Oeste. Nos hablo del Parque Nacional Olimpycs (o algo asi), Seatle, Portland y la posibilidad de cruzar en ferry a Canada. Ya tengo trabajo para buscar por Internet. Eso si, jamas escuche que hubieran pasajes baratos para esas zonas. Habra que estar atento.

Llegamos a Palm Springs algo mas tarde de lo planeado. Es una zona de palmeras, jardines y lujo con todas las letras. A ambos lados, montanas y desierto.

El Travelodge era muy lindo. Distinto a todo lo anterior. Tenia jardines y varias piletas desde donde podia contemplarse la trilogía desierto, palmeras y montanas.

Descansamos un rato, sacamos fotos, nos acostamos en unos colchones al borde de la pileta y si bien ya era tarde nos fuimos a recorrer la zona. Hicimos Cathedral City y Palm Desert. Habia que hacer un gran esfuerzo para no encontrar una Ferrari o un Porsche. Al que anda con un BMW ya lo miran torcido. Nuestro Nissan Versa era algo asi como una Furgoneta.

Llegamos a un centro comercial. “El Paseo”: Louis Vuitton, Salvatore Ferragamo, Gucci, Chanel. De ahí no bajaba. Paseamos un poco. Estabamos en ojotas y musculosa. Eramos Mingo y Anibal.

Paramos en un 7 Eleven y compramos un sandwich de pollo, otro de atun, pistacho, galletitas y algunas cositas mas para picar. Las comimos en los jardines del hotel, al borde de la pileta y con las montanas de fondo. Un cartel informaba que esta zona cerrababa a las 22.00. A las 21.52 se nos acerco una persona del hotel y nos dijo, muy amablemente, que en 8 minutos debíamos irnos del sector de jardines.

Ah, me olvidaba. A la salida de una curva pronunciada en pleno desierto, vimos en el piso un cartel que no dejaba espacio para ninguna duda. “Route 66”, podia leerse en blancas letras de molde contrastando contra el negro furioso del pavimento. Clavamos los frenos. La foto inmortalizo el hallazgo.






2 comentarios:

  1. Buenisimos los comentarios y las fotos divinas!!Esos desayunos enormes eran caros??

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  2. Hola Laura, que tal. Que bueno que te interesa el blog.
    Honestamente no recordamos el precio, pero para nada. Totalmente accesible. Esa foto corresponde a un tipo local rutero en la zona de Seligman, sobre la vieja ruta 66.
    Saludos !!

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